martes, 11 de mayo de 2010

pasajeros al tren


Esta mañana he apilado todos mis enseres en una pequeña maleta roja, me he abrochado el abrigo, atado los zapatos y he bajado las escaleras a toda prisa.
En la puerta de casa me esperaba un coche- uno ajeno, no el mío, claro- que me llevaría a la estación. Justo cuando tomaba la última esquina de la última calle, he sentido el corazón quererse escapar del pecho, ya se podía casi adivinar el sonido del tren.
En el andén todo era alboroto, madres e hijos, novios y novias, algún perrito y como no, la tripulación del tren. Ya sólo quedaba por subir un escalón...tan cerca y tan lejos de todo. Un paso más y ya estaré dentro.

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